Describirlo
no es fácil. Así tal cual es la música de este trompetista venezolano que en la
temprana adolescencia cruzó la breve distancia que separa su natal Punta Cardón
de Curazao en donde, por fortuna, es inoculado por un veneno llamado Irakere.
Michael disfrutaba de unas vacaciones y asistía a su primer festival de jazz,
como público. Con 16 años, se sumerge durante dos años en Cuba para estudiar
con los grandes y más tarde, se instala en Holanda para irle dando forma al
sonido de la trompeta que lo acompaña desde muy niño y que por más de 20 años
ha ido macerando.
Y es que
escuchar la música del menor de los hermanos Simon (lo preceden Edward en el
piano y Marlon en la batería) es un viaje complejo hacia un jazz joven, a veces
divertido y fresco. Otras, profundo e hilvanado de intimidad. Pero siempre
sabroso.
Sus dos
producciones discográficas, Revelación (MS Moods Productions – 2004) y New York
Encounter (Fresh Sound Records – 2009) están plenas de atmósferas ambivalentes
y esto supone enfrentarse a cada tema sabiendo que nada será constante. Cada
uno es una historia, un momento: cambios de patrones musicales, incorporación
de ritmos latinoamericanos, afro-venezolanos y caribeños, jazz moderno y
estructuras rítmicas compuestas. Del primero, destacan “Before I Go” y
“Spiritual Affinities”, en los que se reconocen el sangueo y la gaita, así como
la descarga en la percusión ejecutada por Gerardo Rosales y Marlon Simon. Del
segundo cd, los temas “House of Thoughs” y “Joy is Within”, donde el culo ‘e
puya y la parranda, de las manos de Roberto y Luisito Quintero, se mezclan con
el destilado jazz de sello Simon.
En ambos
trabajos, Michael se permitió algunos lujos. Uno de ellos fue grabar
composiciones y arreglos de manufactura personal y otro fue contar con un line
up de grandes ligas como Konstantin Klashtorni, saxofonista quien vivió por
varios años en Venezuela, el uruguayo José Luis Lopretti, pianista y bajista
endemoniado, el saxo del puertorriqueño MiguelZenón y el bajo magistral de Andy
González. Sobran los comentarios.
Lo mejor de
Michael Simon no es sólo la impecable ejecución de su instrumento. El trabajo
que lo coloca en la palestra de los maestros es su papel como compositor y
arreglista. Sus temas son liderados por una trompeta que regala la oportunidad
de disfrutar de los músicos que le acompañan. Michael entiende que sus colegas
no son una sombra que le ayudan y que el trabajo es colectivo. Muchos de sus
arreglos permiten que la protagonización sea compartida. Por eso, la música de
Michael Simon también incluye la palabra respeto.
En 2010,
Michael y sus hermanos se presentaron juntos por vez primera en Venezuela y fue
un retorno para agradecer a la tierra que los parió. Aplausos, urbe, mar y jazz. Letal combinación para el éxito.
Y como
Michael siempre está cocinando algo nuevo, sorpresas vendrán en Europa, Asia y
Venezuela. Sígale la pista desde su página oficial www.michaelsimon.nl y así
sabrá también dónde adquirir sus discos.
Escrito por:
Bea Rondón
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